Publicado en My Opera el 11 de julio de 2013.
Me siento y espero. Observo a mi alrededor: frente a mi el parque central: una hermosa plaza dotada de grandes y frondosos árboles donde los cientos de palomas que se encuentran volando alrededor de éste hacen su nido. El autobús turistico está a punto de partir, como es miércoles hay pocos turistas dispuestos a dar un paseo en él. los automóviles transitan por la calle 60 que divide a la ciudad en dos. Una joven de menor edad que la mía se sienta junto a mí, no le doy la menor importancia.
Parecería un día normal, un día más que había que vivir, sin embargo y pese a que es así, no era un día que podía catalogarse como... normal. Son las 11 de la mañana del
10 de julio, el tiempo sigue transcurriendo, el autobús turístico parte y las palomas cambian de lugar con cada minuto que pasa. sigo esperando hasta que ella por fín aparece: mi amiga intima desde hace varios años,
Gilraen.
No puedo evitar emocionarme, claro llevaba casi un semestre sin verla y las pláticas por chat y sms ya no eran suficientes. Ambos sonreímos al vernos y nos fundimos en un gran y cariñoso abrazo.
G: "Feliz cumpleaños Julio"
J: "gracias peque"
como le digo de cariño.
la plática continúa mientras nos mantenemos abrazados. A ella no le gusta que le abracen así que pronto me pide que la suelte. la plática continúa:
G: "¿a donde vamos?"
J: "necesito ir a buscar mis papeles al colegio"
La plática se mantiene mientras nos movemos al paradero, abordamos el autobús y partimos hacia nuestro siguiente destino. Mientras viajamos, hablamos de nuestras aventuras y desventuras vividas desde la última vez que nos vimos: pequeñas anécdotas y de más historias que solo ambos entendemos. Llegamos al colegio y paso a recoger mis papeles. ella observa el lugar, va a comprar una botella de agua, mira a su alrededor y demás.
Al fin recibo mis documentos y decidimos partir hacia la plaza que se encuentra cerca del colegio. Desde que nos encontramos no hemos parado de hablar, recordamos nuestros momentos más divertidos y hablamos de nuestros antiguos conocidos y demás. Extrañaba el hablar con ella.
llegamos a la plaza, observamos las tiendas, caminamos y finalmente nos disponemos a buscar el área de comida: ya era momento de comer. Tardamos en decidir pero al fin lo hacemos: un restaurante de comida italiana. Observamos el menú y nos decidimos por un Fetuccini. Surge una pequeña discusión acerca de que debemos tomar, pero finalmente me impongo (al fin y al cabo es mi cumpleaños) y decidimos beber juntos una Coca-cola.
En lo que yo espero la orden ella va al baño. El pedido sale y me dispongo a ir buscarla, ella vuelve y empezamos a comer. Tardamos varias horas comiendo mientras seguimos hablando. Mayormente yo hablo y ella escucha. Debo admitir que me sentía incómodo puesto que ella casi no hablaba, solo me escuchaba. Le pregunto como le había ido estos últimos meses pero responde con frases pequeñas, muy pocos detalles. La verdad se veía cansada. En un punto de nuestro diálogo ella saca un objeto de su bulto. la conversación rápidamente cambia de tema:
G: "Se me olvidaba, traje tu regalo"
J: "¿regalo?"
G: "si, toma. Felicidades"
Observo y es un Celular.
J: "Muchas gracias Gi'"
G: "Por nada"
J: "Te quiero muchísimo mi amiga"
G: "Yo igual mi querido julio"
Me indica algunos datos, especificaciones y recomendaciones de uso. nos damos un abrazo y le digo lo mucho que le aprecio. Ella igual lo hace... la plática sigue su curso.
Finalmente terminamos, le acompaño al baño y finalmente partimos. Ya es el fin de nuestro viaje. Abordamos el autobús y nos vamos. la conversación aún continúa: un día no era suficiente para contarnos todo. El viaje dura 45 minutos hasta que llegamos a su destino. nos abrazamos y nos despedimos. Así concluyó aquél día común que ella lo convirtió en extraordinario.
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