27 febrero 2014

Oh Nessa.... a veces como te odio.

Este lugar era mi objetivo...  El Edificio central
de la UADY
Oh Nessa.... a veces como te odio. Hay momentos en los que tengo un deseo incontrolable de agarrarte a bofetadas en público más contengo mis ganas de hacerlo por respeto hacia tu persona. No obstante, esos momentos en los que me pides un favor inofensivo que terminan dándome una agónica aventura y... bueno, y algo para escribir en mi Blog hacen difícil soportar tal deseo. Pero, ¿De que rayos hablas julio? se preguntarán. Les contaré:

Es el 27 de febrero y son las 4:30 de la tarde. Me encuentro en el centro de la ciudad y voy camino a al edificio central de la Universidad (a partir de aquí, edificio central)  para realizarle un favor a mi muy querida amiga Nessa: Devolver un libro en la biblioteca de la Central.

Un "trabajo fácil" decía yo en esos momentos: caminar de la 65 -A a la 58 y de ahí a la 60 hasta la 57 donde se encuentra el edificio central.  Entrar, dirigirse a la biblioteca entregar el libro a la recepcionista y salir de ahí con rumbo al paraero del transporte público que me llevará a mi hogar... Suena fácil ¿no? No obstante, no contaba con aquél pintorezco y cómico desfile de pequeños parásitos que en teoría (y sólo en teoría) son el futuro de esta gloriosa nación... Oh Nessa.... a veces como te odio.



Lo que debía ser un trayecto de 10 minutos, se convirtió en un viacrucis de 1 hora. Mientras caminaba por la calle 60 a la altura de la 65, notaba como los automóviles dejaban de transitar sobre la calle para dar paso a un gran número de conos y policías municipales. Mientras más me acercaba a la Catedral de la ciudad, un sentimiento de molestia se apoderaba de mi ser. El ver como la calle 60 (a la altura de la 61) se encontraba cerrada y completamente imposibilitada de transitar (a pie) por culpa del desfile de pequeños homo sapiens tuve que pensar en un plan rápido para sortear tal inesperada situación. "Caminaré sobre la 58 y cruzaré por la 57 entre el desfile" con astucia pensé... Que equivocado estaba.

Mientras caminaba sobre la 58  y llegaba al cruce con la anteriormente citada calle, me daba cuenta de mi error: unas vallas metálicas y rejas de alambrado impedían mi cruce al edificio central que estaba ahí, a unos cuantos pasos de mí. Ahí pensé por primera vez " Oh Nessa.... a veces como te odio."

Avancé una cuadra más hasta la 55, ahí me encontré con un oficial de policía que dirigía el tránsito al cual dudé en preguntarle:

J: "Disculpe amable protector del orden público en la ciudad, ¿ Hasta donde terminará el desfile?"
con un elegante tono de servidor de la sociedad exclamó:
P: "Híjole campeón, no te sabría decirte. llégate hasta la 53 a ver si puedes cruzar.... ¡circulando, circulando por favor!"

Justo como me había indicado seguí hasta la calle 53 donde doblé y me encontré con la calle vacía a excepción del personal de ayuntamiento de la ciudad que custodiaban una valla  que prohibía el acceso a la calle 60. Naturalmente, no pude pasar. Así que decidí caminar unas cuadras más. Mientras más cuadras caminaba hacia el norte de la ciudad, más crecía mi molestia y con mayor fuerza exlcamaba "Oh Nessa.... a veces como te odio." 

Así pasé la 51 y llegué a la 49 en donde al fín ví despejado el paso. Llegué a la 60 y caminé sobre ella, sólo para ser devuelto a la 49 por los policías, no sin antes preguntarles como llegar al  Edificio Central. Seguí sus consejos y seguí una cuadra más a la 62 de ahí caminé a la 57 y doble, sólo para encontrarme con una enorme reja metálica custodiada por personal del ayuntamiento que impedía el paso a la 60 y, naturalmente al edificio central... tan cerca y tan lejos. A partir de este momento, ya se podía escuchar pequeños susurros que salían de mi boca: "Oh Nessa.... a veces como te odio."

Tenía dos opciones, ir a mi casa y dejar que suspendan a Nessa por una semana más los días que tarde en devolver el libro... o intentar convencer al personal de dejarme ingresar al edificio central. Ya eran las 4:51 de la tarde y no había caminado en vano además... no dejaría que suspendan a Nessa por mi culpa. Opté por lo segundo:

J:"Oye amigo, ¿me permites pasar al edificio central? Solo debo devolver un libro en la biblioteca"
Exclamaba con una gran voz mientras mostraba el libro.
P: "¿Al edificio de la universidad? bueno pasa" dijo tras unos breves instantes.

Tiempo en pasar, caminar a la biblioteca, dar los buenos días entregar el libro, y salir: 10 minutos
Tiempo en caminar al edificio central:
50 minutos aprox.
Oh Nessa.... a veces como te odio.

Por fin pude salir y caminar a la calle 67 para tomar el autobús que me llevaría a mi casa. Creo que tardaré en hacerle un favor a alguien otra vez... Pero no a Nessa, desgraciadamente la aprecio demasiado como para negarle un favor... pero si lo pensaré dos veces a partir de ahora.

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